miércoles, 1 de junio de 2011

Olvidos

Con dificultad sube la escalera. Interminable el esfuerzo de ese cuerpo gastado y marchito.
Esas manos casi resecas, casi inútiles, se aferran a la baranda como garfios oxidados.
Se sofoca con cada paso, mira hacia arriba y hacia abajo.De nada sirven las alfombras, las lamparas de cristal que parecen hamacarse en lo alto, las vitrinas llenas de finas porcelanas, ni los tapices, ni las pinturas antiguas,ni los muebles importados, nada sirve para él.
La gran casa esta vacía a pesar de todo.
Faltan pocos pasos para llegar pero el tiempo le cobra todas las facturas juntas. Ni un paso más.
Y ahí se queda, temblando, alucinado con un tiempo que corre a pesar de él.
Ve como todo se borra y la soledad y el abandono se adueñan de todo.
Se queda aferrado en un peldaño, tratando de entender ,simplemente, como olvidó su propia muerte.

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