sábado, 11 de junio de 2011

EXILIO

Recogió las pocas cosas que tenía. Las otras las llevaba dentro, tan escondidas que nadie sospecharía que traficaba tanto en algún pequeño rincón.
Se percato de que todo quedaba en orden, había estudiado cada movimiento en los últimos días y estaba seguro que esa era la noche de su partida.
El sabor amargo de nuevo le invadió la boca, pensó en el miedo, en la incertidumbre, en el olvido, en el desarraigo...pero de inmediato fue refutando cada una de esas ideas. Ya nada lo ataba a este lugar inhóspito y lleno de tristezas.
En una mano cargo en retrato, de esos que exhalan aromas y caricias con solo tocarlos. Le dolió el corazón, la única parte de su cuerpo que aun parecía humana.
Camino con paso firme, buscando la luz del horizonte tan curvo y brillante. Lo miro por última vez.
De repente como en un intento de fuga, su mente se inundo de recuerdos. Algunos pocos bellos.
Silencio esos ex abruptos preparando su partida y sin más se fue.
Los satélites del alba iluminaron cada rincón del habitáculo. Por ahí lo encontraron, un cuerpo vacío y otro exiliado en la lista.

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